Los dueños tenían el sueño de vivir en un apartamento que fuera un homenaje a su vida profesional en la marina. Se trata de un monoambiente con tres zonas distintas unidas por la misma paleta de colores y materiales.
Se integraron colores, texturas, acabados y accesorios para que se viera un resultado bonito y balanceado. Se trata de un estilo marinero “chic” que sale de la decoración tradicional de los tonos blancos y azules transformándolo en un concepto contemporáneo sobrio y abstracto.
Los colores crema y la madera semejan la naturaleza y calidez, ademas los dorados a la arena del mar.
El mobiliario se confeccionó a medida y el cielo raso evoca el vaivén del mar hacia la orilla. Las lamparas decorativas son de “Flamingo Vibia”. La cocina es abierta y se forró complementando con un granito negro absoluto en una pieza monolítica sin cortes.
Un jardín vertical se colocó en la terraza el cual conecta el exterior con el interior, mejora la calidad del aire y funciona como aislante térmico y acústico.